La adicción es una enfermedad cerebral, un comportamiento compulsivo que por sus repeticiones se va convirtiendo en un habito. Se fija en nuestro psiquismo generando la enfermedad de la adicción.
Las sustancias o comportamientos adictivos liberan sustancias químicas y generan estados cerebrales de placer. La frecuencia del consumo va generando dependencia química, nuestro cerebro se acostumbra a la droga (neuro-adaptación) Eso lo podemos observar en la tolerancia a la cantidad que de consumo que progresivamente requiere mas y en estado carencial de la abstinencia cuando la persona disminuye o dejar de consumir. La adicción generalmente comienza tímidamente proporcionando placer, pero con el tiempo, el uso convertido en abuso, se cronifica y comienza la dependencia químico-cerebral y la enfermedad.
La dependencia a estas sustancias se va instalando como una posibilidad de sentirse bien, se crea un apego a la sustancia, objetos y actividades para amplificar los estados de placer y evitar aburrimiento, angustias y otros estados desagradables de la personalidad. Cuando el habito se convierte en costumbre por sus repeticiones, la enfermedad no tarda en llegar y lo que resultaba divertido, novedoso, relajante o distorsionante pierde su efectividad y el habito progresivamente se convierte en un carcelero de nuestra voluntad, No lo podemos dejar porque ya hemos creado una necesidad biológica y condicionamiento psicológico y social.
La adicción afecta al paciente no sólo durante el estado de drogadicción, si no que en toda su vida, destruyendo la autoestima, el auto concepto de si mismo, la vida familiar, laboral, sentimental, etc. Contamina todas las esferas existenciales de la persona, que comienza a alejarse de sus seres queridos, de su voluntad, de sus capacidades intelectuales, morales y físicas y generando solo lealtad hacia la adicción y su autodestrucción.
Esta enfermedad se caracteriza por una derrumbamiento de la voluntad de abandonar esta relación de consumo. Muchas veces la persona adicta se ha propuesto abandonar su adicción, pero ha fallado por distintas razones. Esto hace que necesite la ayuda de profesionales para lograr romper esta dependencia. Muchas veces, un tercero debe intervenir por el.
Librarse de la adicción, significará un proceso largo, difícil que va a requerir ayuda en este camino. Es como venir del infierno y entrar a un purgatorio en que desintoxicarse químicamente el organismo y desvincularse del ambiente en que se vivía en contacto con las drogas, es sólo el primer paso. Luego, se deben descondicionar los hábitos autodestructivos y cambiarlos por nuevos condicionamientos constructivos. Fortalecer el cuerpo y la mente a través de nutrición, el descanso, el entrenamiento de funciones físicas, mentales y emocionales. Se hace necesario instalar un deseo profundo de cambio en la vida del paciente.
En nuestro modelo de bienestar para producir este cambio, se trabaja con una mirada multidisciplinaria, que aborda las diferentes esferas de la persona. Este camino tiene un comienzo, un desarrollo y una consumación. En el Centro Walnut, consideramos que el cambio real, la auténtica transformación, es un pasaje al paraíso y se produce cuando se desarrollan aspectos más trascendentes de la personalidad, que potencian la autonomía y el sentido de una nueva identidad, libre de tomar decisiones positivas en su vida. Es un proceso de transformación maravilloso. Lo podemos ver en nuestra naturaleza, cuando la oruga que vivió arrastrándose por el suelo, se libera de su antigua piel y surge un nuevo ser, una mariposa con alas para volar.
Coherente escenario entonces, para esta desafiante inspiración es el trabajo desde una mirada amorosa y de respeto. Somos promotores de una cultura del Buentrato como herramienta y ambiente para la sanación. El Buentrato entra como pepe grillo y nos ayuda a retornar a casa y salir del infierno. La oscuridad, del condicionamiento enfermizo que genero la ceguera de la adicción, se empieza a aclarar una vez que la decisión de cambio se hace realidad y la persona quiere salir de esa prisión, del victimismo que la llevo a la esclavitud y ahora se hace cargo de su recuperación. De paciente a "haciente" de su salud.
El poder del Buentrato personal reside en nuestro interior, como amor para la auto- transformación. Es un espacio de sanidad brillante como decía Jung. El proceso de autoconocimiento es una indagación en mi propio ser interior. A medida que me conozco y acepto amorosamente, empiezo a vivir mas plenamente, mas auténticamente sin necesidades externas de adicciones que anestesian mi vivir. Ccbt como máxima nos recuerda que el amor real cuida y bien trata y las adicciones nos maltratan.
Por M. Roxana Vega A. Psicóloga y Directora terapéutica de Centro Walnut.
Muy interesante el blog, la mirada que tiene es bastante auténtica. Lo compartiré.